La realización de la función natural es la condición esencial para el cumplimiento de las funciones protectora, productora y cultural del bosque. Cualquiera que sea la definición por parte de la sociedad de los objetivos del bosque, la capacidad de la existencia y la acción común de todas las formas de vida del ecosistema forestal son la base de todas las demás funciones. La conservación y, si es necesario, la restauración de la función natural es una exigencia prioritaria.
Los elementos de la capacidad funcional de los ecosistemas forestales son los siguientes.
- La diversidad de plantas y animales típicos de la estación y de la región (diversidad de especies);
- La diversidad y la calidad genéticas, que mantienen la capacidad de evolución y variación genética. La diversidad de especies y la diversidad genética de los bosques que Pro Silva promueve constituyen las mejores garantías contra los efectos de un posible cambio climático;
- La variabilidad de las estructuras de los bosques, típicas de la estación y de la región (diversidad estructural).
- El buen funcionamiento de los procesos ecológicos con dinámicas forestales naturales o próximas a la naturaleza;
- Las interrelaciones ecológicas (funcionamientos en red);
- Las influencias ecológicas de los bosques sobre el medio ambiente (Clima global, regional, local). Influencias en el paisaje circundante;
- El mantenimiento de la fertilidad natural del suelo, gracias a la mineralización continua de la biomasa muerta.
Pro Silva propone los siguientes medios para garantizar la capacidad funcional natural de los ecosistemas forestales:
- En los tratamientos selvícolas se deben tomar en cuanta prioritariamente los modelos de vegetación natural que dependen del clima y del suelo, es decir restaurarlos y conservarlos.
- La conservación de la productividad del suelo gracias a una cubierta duradera y continua y mediante el mantenimiento de un adecuado suministro de biomasa al suelo forestales.
- Mantener y favorecer la mezcla de especies en los bosques de producción, en particular favoreciendo a las especies raras o en peligro de extinción;
- Uso de especies foráneas a la estación en la gestión de bosques productivos, solo cuando son adecuadas para mezclar con la vegetación natural y siempre y cuando que no se superen unas proporciones cuantitativas determinadas;
- En casos especiales, renuncia al aprovechamiento.
Estos elementos de la capacidad funcional de los ecosistemas están en línea con las declaraciones de la Conferencia de Río de 1992 sobre la biodiversidad.
Las funciones protectora, productora y cultural de los bosques se incluyen en la función Natural. Cada una tiene su importancia para la sociedad humana.
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