Edición de 2012. Consulta los documentos originales en inglés y francés aquí.
Resumen
La región Mediterránea presenta unas características climáticas y naturales distintivas, así como una larga historia de intervención humana sobre los ecosistemas naturales. Sobre los bosques y las especies, existen amenazas significativas, debido principalmente a la presión humana. La explotación maderera intensa, el pastoreo y el fuego, seguidos frecuentemente por la degradación del suelo, han llevado a un deterioro progresivo de los bosques mediterráneos. Adicionalmente, el cambio climático, la sequía, los incendios forestales y la erosión del suelo también juegan un papel importante en el incremento de su fragilidad e inestabilidad. Una característica importante de los montes mediterráneos es su naturaleza de uso múltiple. Los bosques mediterráneos suministran una variedad de productos madereros y no madereros y muchos servicios, contribuyendo al medioambiente, la conservación de la naturaleza y las necesidades socioeconómicas. Este artículo presenta los principios Pro Silva aplicados a la gestión del monte mediterráneo, dados sus ecosistemas y condiciones naturales específicas y con respecto a sus funciones medioambientales, ecológicas, económicas y sociales.
Características principales de los bosques mediterráneos
La región Mediterránea es un territorio caracterizado por un clima con veranos secos y calurosos e inviernos fríos y húmedos. El territorio mediterráneo de Europa cubre unos 900.000 km2, que representan sobre el 40% del total de la Cuenca Mediterránea, con el bosque cubriendo 19 millones de hectáreas aproximadamente. En la región Mediterránea, varios factores tales como la topografía, la geología, el tipo de suelo, la precipitación y los regímenes térmicos originan ecosistemas forestales diversos. La región Mediterránea se caracteriza por su heterogeneidad y vulnerabilidad. En muchas áreas, el paisaje mediterráneo aparece habitualmente fragmentado con mosaicos conformados por diferentes tipos y estructuras de vegetación. En adición a sus características climáticas y ecológicas, la región Mediterránea se distingue también por una larga historia de intervención humana sobre los ecosistemas naturales.
Un rasgo importante del monte mediterráneo es su naturaleza de uso múltiple. Los bosques mediterráneos suministran una variedad de productos madereros y no madereros y muchos servicios, contribuyendo a las economías locales y nacionales. Los montes mediterráneos proporcionan las siguientes funciones: cosecha de agua y conservación del suelo; protección de las cuencas frente a la erosión, regulación del ciclo hidrológico y calidad del agua; regulación del clima y secuestro de carbono; conservación de la biodiversidad; paisaje y recreo; preservación de valores históricos y culturales; educación y concienciación medioambiental; suministro de productos madereros (madera, leña y carbón); suministro de productos no madereros (hongos, resina, frutos, corcho, pasto, caza, pesca, miel, plantas aromáticas y medicinales).
En algunas áreas, el pastoreo constituye una de las actividades principales ligadas al monte mediterráneo mediante la creación de un sistema silvopastoral, donde se crían una variedad de reses y se recolectan varios productos madereros y no madereros, incluyendo corcho, leña, carbón vegetal, bellotas, hongos, miel y caza. Cuando se gestionan bien, estos sistemas muestran una estabilidad, biodiversidad y sostenibilidad productiva notables, siendo reconocidos como una opción viable de uso múltiple y desarrollo sostenible.
Existe una preocupación social creciente sobre la conservación de la biodiversidad, así como una demanda de bosques con usos recreativos. La región Mediterránea es particularmente importante para la diversidad biológica. Los montes mediterráneos se cuentan entre los ecosistemas forestales más diversos, albergando un número alto de especies de plantas endémicas. Los montes mediterráneos son igualmente importantes por el paisaje y el fomento de las actividades turísticas.
Existen amenazas significativas para los hábitats y las especies, principalmente debido a la presión humana. Las mayores amenazas son los incendios incontrolados, el pastoreo, la sobreexplotación de los recursos forestales, la deforestación para crear nuevos cultivos, las prácticas selvícolas inapropiadas, la desertificación, el cambio climático y la presión demográfica. La sobreexplotación y agotamiento de los recursos forestales han tenido un profundo impacto sobre los ecosistemas de toda la región Mediterránea. Muchos matorrales son el resultado directo de la combinación de algunas actividades humanas. Las condiciones climáticas, que pueden ser extremas con sequías prolongadas y lluvias torrenciales, pueden provocar la erosión y degradación del suelo. El fuego ha sido uno de los factores más destructivos del bosque en la región Mediterránea. Aquí, los incendios son un factor natural, aunque los humanos han cambiado su régimen natural, incrementando su frecuencia e intensidad. Sobre el 95% de los incendios son causados por las actividades humanas. Una planificación y gestión deficientes, negligencias y actos intencionados son las causas comunes.
Varias áreas de la región Mediterránea afrontan problemas serios de desertificación como resultado de la destrucción de la cubierta forestal y de procesos de degradación del suelo. Muchas áreas han sido extensamente deforestadas y progresivamente reemplazadas por formaciones arbustivas (maquis y garrigas). La Mediterránea está entre las regiones donde los efectos del cambio climático es probable que sean más intensos. El riesgo de desertificación afecta a la región Mediterránea, particularmente en las áreas del sur.
Una parte importante de los bosques privados se compone de propiedades pequeñas, lo que genera dificultades para la gestión y una pobre efectividad económica y funcional. Por otro lado, la transformación y comercialización de los productos forestales requieren una mayor cualificación y organización. En algunas regiones, cabe mencionar el aprovechamiento insuficiente de los recursos como una amenaza para el monte. La falta de un sector de la madera estructurado dificulta la puesta en práctica de un proceso de gestión planificado y racional. Como resultado, varios montes mediterráneos adolecen de una selvicultura muy limitada y, por tanto, de una mejora cualitativa reducida. Esto constituye un círculo vicioso donde el sector maderero no existe o está pobremente desarrollado: como los montes no se cuidan o se clarean, la calidad de los productos madereros es baja, por ello, el atractivo de la región para la industria maderera decae y los montes se cuidan aún menos.
El uso recreativo y el paisaje constituyen beneficios significativos de los montes mediterráneos y su importancia se ha incrementado durante las últimas décadas como una demanda del turismo. En algunos lugares, el abarrotamiento turístico amenaza la sostenibilidad de los ecosistemas y disminuye el valor recreativo. Determinadas áreas de costa son particularmente críticas, debido a la elevada densidad poblacional y a las actividades económicas.
Es importante desarrollar una gestión forestal sostenible, adaptada a las condiciones locales, mejorar la calidad de los rodales existentes, y asegurar la restauración gradual de los bosques mediante el mantenimiento de una cubierta forestal continua, basada en el funcionamiento del ecosistema.
Principios Pro Silva aplicados a los montes mediterráneos
La gestión de las áreas forestales se debería realizar considerando sus múltiples funciones y usos de una forma equilibrada y armoniosa y respetando la integridad y funcionamiento del ecosistema. Además de madera, otros productos madereros y no madereros, y varios servicios proporcionados por los bosques, deberían considerarse en la gestión de los montes mediterráneos.
Las prácticas de gestión forestal para la conservación pueden enfocarse en los requerimientos de especies particulares o en las características del hábitat como un todo. La restauración y mantenimiento de procesos naturales clave puede ser de especial interés, considerando los diferentes niveles y formas de naturalidad. En la región Mediterránea, resulta ventajoso preservar la variabilidad genética que permitiría responder a cambios impredecibles del medio ambiente. El ecoturismo puede representar una oportunidad importante en muchas áreas mediterráneas con valores naturales significativos.
La gestión forestal próxima a la naturaleza debe tener en cuenta los principales factores de perturbación y las amenazas que ocurren en la región Mediterránea. Varios procedimientos e instrumentos deberían implementarse para reducir la ocurrencia y propagación de los incendios forestales (prevención, vigilancia y extinción, ordenación del territorio, gestión forestal, concienciación ciudadana).
Cuando la ganadería sea un componente importante, como sucede en los sistemas silvopastorales, una gestión forestal próxima a la naturaleza podría lograrse aplicando procedimientos de gestión forestal diversos que promuevan la integridad, funcionamiento y sostenibilidad del ecosistema. Es importante manejar a los animales de manera que ni la regeneración de los árboles ni el crecimiento de los regenerados se vean dañados. Debería conseguirse un compromiso entre la selvicultura y el pastoreo.
La baja productividad maderera observada en algunos ambientes mediterráneos puede ser compensada por otros productos y usos, contribuyendo a la rentabilidad global de los sistemas forestales. Sin embargo, la apariencia actual de un rodal puede deberse frecuentemente a la realización de tratamientos selvícolas inadecuados en el pasado, al abandono, a incendios o a enfermedades. Es importante adoptar reglas tanto para la gestión como para el aprovechamiento, no sólo de la madera sino también para otros productos tales como el corcho, los hongos y la caza. Una selvicultura apropiada y unas técnicas de procesamiento de la madera optimizadas permitirán un buen uso de la madera, incluso la de pequeño diámetro.
Junto con los principales principios de Pro Silva, existen otras estrategias que se aplican a las varias funcionalidades de los bosques mediterráneos.
Conservación
- Respetar la integridad y funcionamiento de los ecosistemas forestales mediterráneos.
- Proteger la diversidad genética de los ecosistemas forestales. Evitar la pérdida irreversible de los hábitats clasificados.
- Promover la conservación de la biodiversidad, y preservar las especies raras y las especies protegidas.
- Controlar o limitar la transformación de la vegetación natural hacia monocultivos artificiales, evitando la destrucción de los ambientes originales.
- Mantener y mejorar la estabilidad, vitalidad, fortaleza y regeneración de los ecosistemas forestales, protegiéndolos frente a factores de destrucción como los incendios, el pastoreo y las enfermedades.
- Mejorar la composición y las características estructurales de los rodales, promoviendo las funciones del ecosistema y la conservación de la biodiversidad.
- Prevenir la introducción y propagación de especies invasoras que amenazan los hábitats naturales.
Protección
- Promover la conservación del suelo y del agua; preservar y mejorar la fertilidad del suelo.
- Mantener la productividad del suelo a través de una cubierta forestal permanente.
- Implementar medidas preventivas para reducir la ocurrencia y propagación de los incendios a través de una gestión forestal adecuada, el uso de especies forestales menos inflamables, la ordenación del territorio y una red de defensa.
- Cuando exista el pastoreo, manejar la carga ganadera para evitar daños al suelo y a la regeneración de los árboles.
- Los restos de corta deberían manejarse adecuadamente, considerando el riesgo de incendio, las plagas forestales y la conservación de la fertilidad del suelo.
- Tener en cuenta que la recuperación del monte mediterráneo, particularmente en las situaciones de degradación, puede ser lenta.
Producción
- Considerar la utilización y producción de varios productos madereros y no madereros (madera, leña, carbón vegetal, corcho, resina, frutos, miel, hongos, plantas aromáticas y medicinales, pasto, caza y pesca), a través de acciones económicas significativas (mercados, cooperación, desarrollo territorial), así como de acciones científicas y normativas (apreciación de productos específicos, reconocimiento en mercados competitivos).
- Considerar los varios productos forestales explotados de una manera racional y su contribución a la economía forestal global.
- Revalorizar la productividad forestal potencial mediante una gestión individual y de calidad.
- Mejorar la estructura productiva del rodal, permitiendo, a través de una cubierta continua, la optimización de la regeneración del rodal, de los tratamientos de mejora y de la producción.
- Mantener en el rodal unas existencias adecuadas para optimizar su crecimiento y producción en compatibilidad con las demás actividades productivas.
- Considerar la necesidad de adoptar medidas para proteger la regeneración natural de los árboles cuando puedan producirse daños causados por el pastoreo, la fauna salvaje y otras actividades.
- En sistemas silvopastorales, manejar la carga ganadera para mantener el pasto en buenas condiciones, y evitar el deterioro del suelo y los daños a la regeneración del arbolado.
- Para unas especies forestales y sistemas de producción determinados, considerar la realización de podas para mejorar la forma de la copa y la producción de frutos.
- Cuando la producción forestal se complemente con varios productos no madereros, gestionar la condición del rodal, la cobertura de la vegetación espontánea, la intensidad del pastoreo y la densidad poblacional de la fauna silvestre para equilibrar los diferentes productos.
- Articular la actividad de la industria forestal con la gestión sostenible de los montes.
- Dar preferencia a los productos locales para su transformación y uso.
- Adoptar una gestión forestal y técnicas de procesado de la madera apropiadas para todos los diámetros, mejorando el valor de la madera y los retornos económicos.
- Crear oportunidades de mercado para productos poco usados en la actualidad, incluyendo la valoración de especies forestales minoritarias para usos diferentes.
Valores recreativos y aspectos culturales
- Proporcionar servicios de ocio y recreacionales a la sociedad en conjunción con los valores históricos y culturales de los montes mediterráneos.
- Mantener y mejorar el paisaje, protegiéndolo de los efectos destructivos. Tener en cuenta los elementos que diversifican el paisaje.
- Planificar el desarrollo turístico de una forma equilibrada para evitar efectos destructivos sobre el bosque, daños a la regeneración, pérdidas de suelo y un incremento del riesgo de incendio.
- En áreas protegidas y recreativas, optimizar los valores paisajísticos junto con otras funciones y usos del bosque.
- Promover una gestión forestal sostenible y equilibrada (producción, protección y recreo).